In nomine

Un abrazo para todas mis cosas que nunca nacerán, os debo todo.
Y como veis aquí estoy, demos también gracias a que nunca llegué a quemar del todo el blog.
Oremos durante un minuto, in nomine patris.
Porque él nos invitaba a poner la otra mejilla, a ponernos coronas de espinas y a comer mejillones.