En 1987, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría decidió admitir el trastorno de falta de atención por hiperactividad (TFAH) como enfermedad mental: ciencia por votación. Ese mismo año, se diagnosticó un TFAH a medio millón de escolares estadounidenses. En 1996 se calcula que 5'2 millones de niños (el 10% de los escolares estadounidesnes) recibieron el mismo diagnóstico. La cura para esta epidemia es el Ritalin, cuyas producción e índice de ventas (así como sus espeluznantes efectos secundarios) se han disparado.