Los babilonios basados en la cultura sumeria de quienes heredaron técnicas en riego y agricultura, entre otros, dejaron una profunda huella en el mundo antiguo, sobre todo  en la cultura hebrea y griega, como se puede observar  en la obras de Homero, Hesíodo (recordar qué se decía en República de ambos) y en la geometría de Euclides. 
Como cuna de la religión, Babilonia transmitió a otras culturas sus creencias religiosas y al sistema católico, la veneración a los santos patronos que no es más que una continuación de las antiguas creencias paganas a los dioses, las cuales tuvieron arraigo en los mitos y las leyendas transmitidos oralmente, en el cual se sustentaron  imaginarios colectivos. 
La observación del cosmos les permitió acumular una cantidad enorme de datos que posteriormente  sirvieron de fundamento científico a la astronomía y además permitieron determinar el orden cronológico de los acontecimientos. 
En el campo legal son  invaluables los aportes que dio el Código de Hammurabi y las distintas leyes que sustentaron el Estado Despótico Babilónico, pues los babilonios  al realizar un desarrollo urbano tan significativo, fue necesario crear un sistema legal que permitiera unificar y mantener el status quo. Dichas normas jurídicas, actualmente siguen teniendo gran importancia para entender los fenómenos relacionados con la ciencia jurídica.