Si tratas a los demás realmente como realmente te gustaría que fueses tratado, siempre, siempre, toda tu vida, todos los días, en los malos momentos, en los buenos momentos, si olvidas todo lo que llevan en la mochila y les tratas según el presente, sin pensar en el pasado ni el futuro, porque no te importa.
Si dices la verdad, y piensas la verdad, y decir y pensar van de la mano y te sientes bien porque te liberas de estar tratando de dirigir el presente, porque el presente fluye y no tienes que manipular, ni especular, ni esconder, ni reprimir, ni influir en nadie.
Si no traicionas a lo que piensas, si no traicionas a lo que dices