Dice (Esp. a Robert Capa)

De pronto supo que él la iba a mirar exactamente como la estaba mirando, con desconfianza cuando irguió la cabeza, la expresión severa, distante, el brazo desnudo por encima de la sábana. No lo supo con el pensamiento, sino con el cuerpo y con la piel que sel había erizado y adivinó también lo que él iba a decir, palabra por palabra, el tono áspero, la voz casi irreconocible, y fue entonces cuando sintió el flujo de sangre hirviéndole en el rostro mientras la oía decir toda la sarta de estupideces que los hombres han repetido cientos de veces a una mujer, en una habitación cualquiera de cualquier lugar del mundo. O él o yo. O aquí o allá. O blanco o negro. Creyó que él sería distinto, pero no. Tan absurdo como todos. Simple hasta el ridículo. Capaz de tirarlo todo por la borda por nada, por orgullo estúpido de hombre que no se contenta con lo que tiene, sino que quiere más- Ser el único. Él solo. Nadie más, ni ahora, ni antes, ni nunca.

Él la miraba desde la cama igual que si estuviera asistiendo a la proyección de una película que en algún momento se le había ido de las manos y ya no era capaz de rebobinar, ni de encontrar un camino de regreso que no estuviera minado por el orgullo. Habría dado cualquier cosa por ser capaz de detenerla. Sin embargo hasta el último momento estuvo esperando que fuera ella quien lo hiciera.