Marguerite Duras dice

Sé que no son los vestidos los que hacen a las mujeres más o menos hermosas, ni los tratamientos de belleza, ni el precio de los potingues, ni la rareza, el precio de los atavíos. Sé que el problema está en otra parte. Sólo sé que no está donde las mujeres creen. No hacen nada, sólo se reservan. Ellas esperan. Se visten para nada, se contemplan. En la penumbra se contemplan para más tarde, creen vivir una novela, ya tienen los amplios roperos llenos de vestidos con los que no saben qué hacer, coleccionados con el tiempo, la larga sucesión de días de espera. Algunas se vuelven locas. Algunas son abandonadas.
Ese faltar de las mujeres a sí mismas ejercido por ellas mismas siempre lo he considerado un error. No se trataba de atraer al deseo. Estaba en quien lo provocaba o no existía.