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Ha vuelto a pasar. El perro se ha escapado de casa. No consigo remediarlo, se me sale por la boca con fuerza, como una eyaculación. Hace calor. Escucho la televisión del vecino de abajo. La ventana está abierta. Suena un maldito anuncio con una maldita canción de verano. Estoy alicaído. Lo he dicho.No hablo de estar alicaído. Aunque no decirlo hubieses sido igual. Solamente he constatado lo que sabíamos. Pero tenía esperanza. Mierda de esperanza que no me deja estar sin pensar en futuro y me trae imágenes y hace que vuelva a eyacular. Pero joder, era lo que decían las imágenes, tenía que serlo, no sé qué ha pasado. Ahora me rindo y bajo la cabeza. No puedes rendirte. Sólo los que fracasaron se rindieron. Y qué de todo el camino recorrido hasta llegar aquí. Y si no hubiese camino y han sido siete meses cogiendo carrerilla para estrellarme contra la pared, y otra vez, y otra vez, y estoy seguro de que todo esto tiene que ser así. El ladrillo es duro. No soy esto, no soy aquello. Ensayo y error. He puesto música para no escuchar al vecino. No sé qué soy, no sé qué no soy, ni de cómo hacerlo o no hacerlo, ya ni quiero saber nada porque hay variables infinitas que no llevan a ninguna parte, porque si quieres algo no lo tendrás, y es como estar en un supermercado con los ojos vendados y repetirte y repetirte que quieres coger el zumo de melocotón pero te acaba tocando la bolsa de judías congeladas y cuando sales cabizbajo te topas con un chico que te mira receloso porque tienes la bolas de judías que tanto quería, entonces no tienes que aceptarlo y conformarte con la bolsa -me digo, y se la tiras a la puta cara y te vas y le dejas sangrando. Y así es como alguno tiene suerte, o se refugia en la suerte y yo me voy sin nada porque todo y todos me aburre soberanamente.

Espera. Igual si me pongo éstas zapatillas rojas de la suerte consigo saltar el muro. Y otra ostia más apuntada en la lista. La esperanza es ese karma del que tanto habláis, gilipollas, o esa predestinación de mierda o el castigo de vuestro maldito dios. Hija de puta. En mi cabeza pelean el ego contra la esperanza. Si gana el ego salgo perdiendo yo. Si gana la esperanza salgo perdiendo yo. Pero de qué va todo esto. No sé de qué jodida mierda me estás hablando. No se puede vivir en esta realidad. Tampoco sé como remediarlo. Con lo bien montado que está lo de entrar al super con la lista de la compra y un carrito e ir echando las cosas que quieres, pagas y te vas con lo que querías. Acaso no pago yo. Yo pago. Por qué tengo que llevarme las putas judías si he pagado para tener una docena de tetrabriks de zumo. Qué pasa, que todo depende del humor que tenga la cajera ese día. Entonces consigo pillarla de buen humor pero entonces no depende del puto humor, ahora hay que pedir turno para pasar por debajo de la caja y chocarla con la cajera. Qué puta mierda.

Y luego todos te dicen cosas bonitas cuando te ven en el suelo tirado y oh, oh, hay que seguir, hay que seguir, con una puta voz aguda que podían meterse por el culo, y luego se van saltando el muro y gritando ánimo, ánimo campeón. Pero yo no estoy hablando de cosas metafísicas como el sentido de la vida, hablo de algo tan banal como estar toda la semana esperando que llegue el finde porque viene un amigo y coincide que hay no se qué y no se cual y tienes ganas y aparecen las putas imágenes en la puta cabeza y desde ese momento todo se va al garete porque no va a ser como en las imágenes, oh pero seguro que si no hubieses tenido imágenes y te hubiese pasado lo que te pasó te habría gustado, pues igual si, pero yo quería disfrutar de las putas imágenes antes, estoy en mi puto derecho, cuál es el problema. Es qué hay que ir por la vida sin pensar en otra cosa que en lo que ves ahora, y ahora, y ahora, y ahora, y ahora, y ahora, quiero sentarme a imaginar pero imaginar es una puta enfermedad. No hay que tener ilusiones, no hay que tener esperanzas, a menos de que sean a largo plazo y consigas algo parecido pero para entonces ya no te vas a acordar de qué era lo que querías. Parece una puta rabieta de niño tonto, llevo siendo un niño tonto desde que nací, y no puedo pensar eso, tengo que pensar que el mundo está jodido, porque si soy un niño tonto no tengo nada que hacer, soy así, un niño tonto con putas rabietas. Mierda, puta mierda. Tengo el puto síndrome de Tourette de mierda.