Pero cuando muchos le dicen que es niño tonto, aunque sea mentira, de repetirlo tantas veces termina por ser cierto cuando en verdad no existe nada que lo pruebe, sólo palabras. Y el adulto empieza a darse cuenta de que quizás es un niño tonto. Y pierde el norte.
Hasta ése momento te aferrabas a una tabla que hacía las veces de salvavidas, en medio del óceano el horizonte era rebasar la pared. Ahora sin tabla ni salvavidas miras a tu alrededor y no sabes dónde estás.
El horizonte era el de hacer lo que de verdad quería hacer el niño, listo, el niño listo.
Aún perdiendo el norte iba en dirección correcta.
Para más información ver I'm still here, de Casey Affleck
¿Sufrir? Sufrir, sufrir. Habrá quien no entienda al niño.