Hospitalidad western

Todas las chicas que me caen mal engordan.


Todas las gordas que me caen mal acaban pinchándose.


Todas las drogadictas que conozco han sido gordas y cuanto mas se consumen mejor me caen, llega un punto en el que dejan de consumirse y me caen mal, y vuelven a engordar hasta que alguna vena les explota de tanto marear la perdiz.