Teletienda

Un, dos, tres.. me han borrado los años de la infancia, doy por descontado que la cosa no puede quedar así. Tengo una segunda oportunidad para terminar la colección de cromos el primero. Ésta vez creo que no iré al ayuntamiento a cambiarlos, voy a aplicar marketing estratégico, vendrán a mi casa. Le pediré a mi padre un pequeño préstamo, a interés simple y a devolver en cómodos plazos. Hablaré con Fernando. Fernando, ya sabes que estás mayor, que pronto traspasarás el negocio, deja que venda parte de las golosinas de mano en mano, 25 por ciento de comisión.
A los Action Man los voy a poner finos, seis comidas diarias y nada de moverse, que en éstos tiempos que corren no estamos para quemar calorías. Voy a contratar paracaidistas profesionales, ya vale de ñoñadas y juguetillos de plástico. Quiero sentir como me desfigura la cara el viento, y así no me preocupo de como doblar el pantomima-paracaídas.
Pero tu niña, ¿qué te he dicho? Que dejes de seguirme, que todavía no sabes vestirte. Mañana por la tarde damos una vuelta en mi triciclo, intenta venir un poquito mas presentable, que se te caen los mocos. Además, vete con el que quieras que a mi me da igual con tal de que me hagas compañía en el recreo.
Creo que no voy a jugar a fútbol con éstos críos, no saben más que dar patadas y llorar porque han perdido, siempre seguirán así. Lo mío es la aventura. Mi hermano y yo ya planeamos subir a lo alto del polideportivo, estamos confeccionando la bandera que hizaremos. Somos Fort Awesome, y los mayores no pueden quitarnos la merienda a menos que sus padres estén en el paro. No vamos a permitir entrar a cualquier mojigato, haremos pruebas y seleccionaremos a los más aptos.
Se acabaron las excursiones a la tienda china, se acabaron las aventuras fuera de la plaza. A mamá siempre le sentaba mal que cruzasemos la carretera. No vamos a salir de la plaza. Lo tenemos todo aquí, la Blanqui y la Tere nos cuidan con sus platanitos con azúcar y los Jumpers, equipo profesional de baloncesto y rival indiscutible de los Globetrotters. Prometido. Hasta los 11 no lo hago, a menos que crezca tanto que pueda llamar al telefonillo sin estirarme.