Canibal street

No sé coger una taza del derecho. Todas las mañanas tengo una pequeña batalla que librar. Es muy difícil luchar dormido. Los párpados tienen sacos que empujan para abajo, yo achino los ojos para que la luz no me termine de despertar. Siempre tengo la esperanza de que me llaman por teléfono, contesto malhumorado y me dicen que puedo volverme a la cama, que no hay nada tan importante. Pero de momento me sigo levantando cada mañana esperando volver a dormirme. Esconderme entre las montañas rocosas de mis sábanas y refugiarme de la lluvia, sonriendo de puro placer y fumarme la pipa de la paz.
No sé porque tengo que malgastar dos horas al día calentando motores. Mi propuesta consiste en dejarme dormir un ratito más.Para que luego las palabras no reboten en mi cabeza como pelotas de colores sin dueño. Es razonable. A cambio prometo no roncar. Es más, prometo no moverme de mi parcela. No quiero explorar lejanos terrenos. Yo me quedo con mi calor.